Caminos de Asturias: Villaviciosa

C ae la tarde en Villaviciosa y en el aire cálido de principios de septiembre, se entremezclan olores a salitre y campo, a fruta y bosque que se mezclan con el impenitente hedor a carburante quemado que emana de los tubos de escape de los coches que vienen y van alrededor de su histórico casco urbano. Las terrazas todavía están desiertas, cuando el Perquisitore da por concluída su búsqueda, y dejándose llevar por el cansancio de una larga jornada, se sienta en una mesa frente al antiguo Teatro Riera, actualmente reconvertido en Oficina de Información y Turismo. Aparte de una carretera empedrada por la que ocasional y desagradablemente circula algún vehículo, tan sólo un sencillo pero entrañable monumento se interpone entre su visión y las puertas acristaladas de la Oficina de Información y Turismo, que suelen estar más tiempo cerradas que informando al público. En lo más alto del monxoi pedestal, la cerillera mueve con garbo sus caderas marineras sin separarse de su ...