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Mostrando entradas de diciembre, 2010

Contribuciones Peregrinas 1

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M e gustaría despedir éste año 2010 y comenzar el año nuevo 2011, rindiendo un pequeño homenaje a aquellas personas que, espontánea y generosamente, han compartido fotos y experiencias conmigo, demostrándome que, después de todo, somos muchos los que todavía tenemos la capacidad de sorprendernos y valorar todas esas maravillas que nuestro mundo nos ofrece. Y quiero hacerlo, en primer lugar, con una bruja muy especial; una bruja viajera y soñadora, que no pierde ocasión de compartir todas aquellas maravillas, cercanas o recónditas, que encuentra en el Camino cada vez que su escoba y sus conciliábulos se lo permiten. B uena prueba de que tenemos en su persona a una estupenda receptora de Magia, lo demuestran éstas formidables fotografías que se corresponden con los lugares de especial relevancia, visitados en sus dos últimos viajes, sin duda iniciáticos: el Pirineo leridano y la Riviera Sacra. M is mejores deseos para el Nuevo Año, Paz, y sobre todo.... ¡no dejes nunca de soñar, sorpren

El Dolmen de San Martín de Montalbán

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S e podría pasar pefectamente de largo sin verlo, si no fuera por la presencia del oportuno cartel que, situado estratégicamente en la cima del montículo, te indica que aquello que tienes delante de los ojos y que apenas se diferencia de otras agrupaciones rocosas que has ido dejando atrás por el camino en el transcurso de tu búsqueda, es el famoso dolmen -o complejo megalítico, como también lo denominan- situado en el término municipal de San Martín de Montalbán. U n lugar aislado y solitario, desde luego, cuyo desvío se sitúa a dos o tres kilómetros de la referida población toledana, semejando, por su solitaria presencia, una insignificante islilla polinesia en mitad de un océano de cerros y sierras que, como olas bravías, se pierden hasta donde alcanza la vista. U n lugar, así mismo, bien conocido por los cazadores que, durante éstas fechas y hasta febrero o marzo -motivo por el que se prohíbe el acceso al cercano castillo de Montalbán- son los únicos seres cuya presencia levanta

Retorno a Santa María de Melque

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M anteniendo aparte, por su irrelevancia, la disputa territorial entre La Puebla y San Martín de Montalbán, no deja de ser una experiencia casi mística embarcarse un día por estos parajes, y permitir que la esencia del misterio que los acompaña a lo largo de los siglos, seduzca nuestros pensamientos con presencias legendarias. Tal podría ser, por ejemplo, el caso de esos mártires de Dios , como se ha denominado en numerosas ocasiones a los templarios, quienes -causal o casualmente- forman parte también de un entorno que, situado a una distancia aproximada de 30 kilómetros de ese goético y tradicional Axis Mundi que es la ciudad de Toledo, pueden ofrecer una buena pista para considerar la importancia del lugar. L a última vez que estuve, la sosegada tranquilidad del lugar -solitario, cuál oasis en mitad de unos montes que se prolongan en la distancia como un vaivén infinito de olas- se veía ocasionalmente perturbada por unos estampidos secos, fuertes y en ocasiones desgarradores, que p

Breve crónica de una visita a Carranque

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' Sombras alargadas ante mí se extienden, bajo la inabarcable bóveda celeste...' (1) C ronológica y oficialmente, se sitúa a Carranque en las postrimerías del siglo IV d. de C., considerándolo como uno de los conjuntos más monumentales de la Hispania romana. No obstante, caminando por este lado de la ribera del río Guadarrama, donde se ubican sus milenarios restos, resulta imposible no dejarse llevar por los caprichos del espíritu y permitir que éste, una vez liberado de la rígida ortodoxia con la que se ha pretendido presentarnos una Historia más desconocida de lo que se supone, vague a su antojo por unos páramos donde, al cobijo de los chopos, los pinos y los pequeños bosques, campean a sus anchas la liebre y la perdiz. S i bien hasta el momento el complejo sólo mantiene al descubierto el Palatium , el Mausoleo -hasta hace poco, se le denominaba Ninfeo - y la Casa de Materno , entre sus elementos bien pudiérase uno dejarse perder en las oscuras pero a la vez

Paseando con Ocas por la ribera del Tajo

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'Para don Juan, la brujería era el acto de corporizar ciertas premisas especializadas, tanto teóricas como prácticas, acerca de la naturaleza de la percepción y el papel que ésta juega en moldear el universo que nos rodea'. [Carlos Castaneda: 'El arte de ensoñar', Editorial Seix Barral, 1993] E l camino está señalado por una Virgen Negra , que aseguran se llama del Tiro y fue templaria. Cuelga en un cajetín acoplado al muro de la catedral -no muy lejos de donde se localiza una marca con la forma de pata de oca y pocos metros más abajo de la Librería Anticuaria Balaguer , donde posiblemente permanezca olvidado en algún oscuro rincón algún ejemplar del tenebroso Picatrix - misteriosamente oculta por un cristal que ha ido oscureciéndose progresivamente con la pátina de los siglos. A veces, según sea la posición del sol, un rayo lo ilumina y aguzando la vista, se puede ver su rostro, hierático, solemne y regio mirando fijamente hacia una calleja que se pierde en ba

Despeñando santos en Sierra Mágina: la curiosa tradición del Pachuelo

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L a primera vez que lo ví, transfigurado en la pared del descansillo del hotel Casería San José de Hútar, en la serranía jienense de Mágina, pensé que se trataba de una Virgen. Una Virgen en la que, desde luego, no se evidenciaban, a simple vista, señales de románico o de gótico que podrían haber hecho las delicias para alguien que, como yo, siente pasión por este tipo de imágenes y el esotérico misterio que las envuelve. Tal vez, pensé, mientras intentaba acertar con la llave en la cerradura de la habitación número 205 - Peña Jaén -, hubiera suerte y se tratara de alguna representación de cualquiera de las famosas vírgenes negras -de esas, negras pero bellas, porque las ha tostado el sol , según el Cantar de los Cantares- veneradas en las cercanas ciudades de Úbeda y Baeza: la del Rosel y la del Alcázar, por ejemplo. Resulta comprensible: siendo precisamente la noche de mi llegada a tan carismático lugar, mi bisoñez regional hacía que me mantuviera a años-luz de algunas otras curiosa

Domando Wouivres en Palencia

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R ecuerdo que mi primera experiencia con varillas, se produjo un 21 de diciembre, coincidiendo con el solsticio de invierno, hará un par de años, a lo sumo tres, en un lugar, sin duda, enigmático como pocos: la ermita de San Bartolomé, en el Cañón del Río Lobos. Hay quien denomina a este sitio como Lugar de Poder; reconozco que hasta hace poco tiempo, yo también lo denominaba así. Pero ahora, no obstante, y por motivos más afines a lo que verdaderamente se siente estando allí, prefiero utilizar un término que ya acuñó hace algunos años la editorial Orbis Montena para dar salida a una estupenda colección de libros dedicada, precisamente, a todos aquellos lugares especiales repartidos a todo lo largo y ancho de nuestro mundo: Lugares del Espíritu. M e acompañaba en aquélla ocasión, una amiga que previamente me había demostrado, acompañándose de péndulos, la gran influencia que ejercen sobre éstos, lugares tan carismáticos del interior de una iglesia, como puede ser, sin ir más lejos, el