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Mostrando entradas de enero, 2014

Villalcázar de Sirga: iglesia de Santa María la Blanca

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S aliendo de Población de Campos, y a una decena de kilómetros, o quizá algo menos, la siguiente localidad que atrae el entusiasmo como el interés del peregrino, no es otra que la antigua Villasirga; o Villalcázar de Sirga, como se denomina en la actualidad. En ella destaca, por encima de cualquier otro elemento o consideración, el misterio, la leyenda, el Arte y los milagros asociados al auténtico compendio de Geometría Sagrada, contenido en la impresionante iglesia de Santa María la Blanca. Una figura mariana, la Virgen Blanca, cuyos milagros, loados en número aproximado de una decena en esa auténtica joya de nuestra Literatura medieval, que son las mundialmente conocidas Cantigas de Santa María, escritas por el rey Alfonso X el Sabio, constituye, en cuanto a su identificación exacta, otro de los numerosos enigmas asociados a esta antigua encomienda templaria, la única, según parece, existente al norte de la frontera con el Duero. A unque muy afectada por el terrible terremoto

Entre Frómista y Villalcázar de Sirga, Población de Campos: la ermita de San Miguel

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U na vez dejada atrás Frómista,y continuando ruta por la llanura palentina y el viejo Camino Francés, apenas son unos insignificantes kilómetros los que separan al peregrino de un pequeño pueblo, definido por Aymeric Picaud, en su Codex Calistino , como Población . Población de Campos, nombre con el que se define en la actualidad, posee dos iglesias románicas, datadas aproximadamente en el siglo XIII: una muy reformada y principal, la de Nuestra Señora del Socorro, emplazada dentro del casco urbano, y otra más humilde y mejor conservada en aspecto original, dedicada a la figura de San Miguel. Obviando la primera, mi recomendación es la dejarse llevar por el encanto y la paz de ésta última y dejarse llevar unos minutos en plácida contemplación. No en vano, está situada a las afueras del pueblo, al otro lado de la carretera, enfrente del cementerio municipal y al lado de unos campos de labor que parecen extenderse hacia el infinito. L a de San Miguel, es una iglesia de una sola nav

Fromista: los retablos góticos de la iglesia de San Pedro

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S ituada en la calle principal de Frómista, enfrente de la estatua de San Telmo -hijo predilecto de la ciudad y compañero de estudios de Santo Domingo de Guzmán en la universidad de Palencia-, así como también en las proximidades de un curioso edificio que llama la atención por su peculiar conjunción de estilos, donde a la vista del uso y abuso de columnas greco-latinas y motivos mitológicos, el peregrino tiene la incierta sensación de que los canteros medievales reaprovecharon parte de un antiguo templo pagano para levantar el actual, dedicada a la figura de San Pedro. Ahora bien, y no obstante las primeras reticencias, es en su interior donde peregrinos y visitantes tienen la oportunidad de contemplar no sólo la presencia de determinados personajes de la rama dorada, cuando no eminentemente mistérica del santoral cristiano, sino también el deteriorado retablo gótico de Santiago y aquéllos otros, maravillosos en forma, ejecución y mensaje, que en tiempos iluminaban la cercana igle

Frómista: la Virgen del Buen Camino

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'Como el lirio entre espinas, así mi amiga entre las hijas...' [Cantar de los Cantares] S i bien en Frómista los descalabros, en cuanto al Arte en general se refiere han sido múltiples y no todos reducidos precisamente al ámbito de la magnífica iglesia románica de San Martín, sería imperdonable, no obstante, continuar haciendo camino sin al menos rendir un pequeño gesto de admiración -o cuando menos, una merecida pleitesía- a una preciosa Virgen Negra, la del Buen Camino, así como a los maravillosos retablos góticos que, todo sea dicho de paso, aún incompletos y con buenos esfuerzos, todavía se conservan en la cercana iglesia de San Pedro. De éstos, y de su referencia con el Santo Patrón de España, hablaremos en una próxima entrada, e incluso continuaremos hablando, algo más, cuando los pormenores de nuestro viaje por estos parajes palentinos nos obliguen a detenernos en la cercana localidad de Villalcázar de Sirga, que por algo fue encomienda de los más aguerridos gu

San Martín de Frómista

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B ien sabe el peregrino que abandona la provincia de Burgos dejando atrás las mistéricas bendiciones de las Taus del malogrado monasterio de San Antón, en Castrojeriz, que apenas adentrado algunos kilómetros en esos carismáticos Campos Góticos que conforman buena parte de la meseta palentina, su esfuerzo y soledad se verán ampliamente recompensados por la fascinante visión de parte de lo más granado del románico español. Aunque algo alejada de la visión penetrante de los ojos de bronce de San Telmo, hijo predilecto y santo Patrón de Frómista, la equilibrada y esbelta figura de la iglesia románica de San Martín, ha de insinuársele como ese maravilloso canto de sirenas que estuvo a punto de atrapar y perder al homérico Ulises en un turbulento mar de olvidos y mortales placeres. Pero a diferencia de éste, y a falta de ataduras que le mantengan unido al mástil de un bajío conjurando la tempestad, visitantes y peregrinos se dejan voluntariamente seducir, apenas tienen a su alcance la vi