Lugares Mágicos de Madrid: el Templo de Debod
En efecto, allí nací, en el sur de mi Egipto amado, cerca de donde el Nilo corta al Tropico de Cáncer, recibiendo el amparo de los benéficos rayos de Ra, mi adorado dios del Sol, en un pequeño oasis, protegido por las doradas, ondulantes y ardientes dunas del desierto. A Amón y a Isis me consagraron, y en el ínterin de los siglos, mi sagrada estructura fue visitada, entre otros y por diversas razones, por egipcios, nubios, nómadas y romanos. Incluso me visitó, aunque dejara breves reseñas, ese al que os referís como el padre de los jeroglíficos, Jean-François Champollion. Desde luego, eran otros tiempos...
Languidezco, pues, en una ciudad que, aunque reconozco la admiración de muchos de sus habitantes, su clima, después de todo, me afecta y me hace estremecer. A veces, cuando la luna se refleja e las tranquilas aguas del estanque, sueño con las antiguas ceremonias -los sacerdotes y sacerdotisas purificándose en el uabet, el pasillo central por el que ahora entra todo el mundo como si nada- mientras se dirigen, entonando cánticos, hacia el mammisi, el lugar más sagrado, donde se produce el renacimiento de la Diosa.
Es evidente que el tiempo pasa; que los imperios, sean estos más grandes o más pequeños, nacen, se desarrollan, envejecen y mueren; que la luna, el sol e incluso las estrellas resultan muy diferentes, dependiendo del lugar desde el que se miren. Pero si algo han aprendido por encima de cualquier otra consideración, éstas, mis ahora tristes y enfermas piedras, es que sólo una permanece para siempre inalterable: el amor.
En el fondo, no dejo de ser cómplice, al fin y al cabo, de éste, pues si bien durante el día recibo a numerosos visitantes, es no obstante, por la noche, cuando al amparo de mi hermética mole, vuelvo a escuchar los viejos susurros, los promesas y los inmortales proyectos de amor.
Comentarios
Por tus palabras, me lo imagino "vacío" de espíritu. Un mero cuerpo "muerto y embalsamadado", un monumento banal que, a modo de museo a cielo abierto, nos muestra y nos recuerda el antiguo esplendor de esa civilización.
Gracias por tu entrada. Y hasta pronto!