Asturias, Cudillero y el teósofo Roso de Luna



Resulta curioso, pero suele ser una gran verdad, aquél dicho popular que afirma que nadie suele ser profeta en su tierra y en Cudillero parece confirmarlo una encantadora historia, referida a cierto esotérico episodio, narrado por un controvertido teósofo extremeño, cuyo nombre, por desgracia, posiblemente no les diga nada a muchos de ustedes: Mario Roso de Luna.



Una breve biografía de Roso de Luna –salvando esa abismal distancia de comenzar por el génesis, como recomendaba Chesterton- hace de éste polifacético vecino de Logrosán, Badajoz, corresponsal científico, literato, ocultista, viajero e introductor de la rama española de la Sociedad Teosófica fundada en la India por la controvertida figura de Madame Blavatsky, uno de los personajes más fascinantes y a la vez más injustamente olvidados de la historia moderna de España.



Una de sus obras más apasionantes y de hecho, una obra que he leído y releído numerosas ocasiones, encontrando nuevas claves a cada nueva lectura, es aquella titulada ‘El misterio de los lagos de Somiedo’, obra que, anecdóticamente hablando, y dependiendo de la editorial –en realidad, no es fácil encontrar en la actualidad las obras de Roso de Luna- también es conocida por el sobrenombre de ‘Por la Asturias tenebrosa’.



Novela escrita en clave ocultista, en ella Roso de Luna nos introduce, no sólo en esa fascinante Asturias que como insuperable Paraíso Natural atrae el turismo de masas, sino también, en esa otra Asturias, desconocida para éste, que es un auténtico filón mitológico y que atrapa el alma de todo aquél, que aun a riesgo de parecer fantasioso, nunca ha perdido el empeño de nadar en aguas turbulentas para encontrarse con lo insólito y lo maravilloso.



De la mano de Roso, el amante de la historia oculta descubrirá, en pleno corazón de Asturias, no sólo la existencia, oculta en una impresionate caverna de Somiedo, de una extraordinaria biblioteca ancestral que contiene todo el saber de la Humanidad, sino también a la hermética Hermandad de los Adeptos de los Montes Herbáceos, donde figuraban personajes de cierta relevancia, como el conde de Miranda, señor de Belmonte y la presencia, en los increíbles escenarios de los Picos de Europa de un misterioso personaje, Roberto Frassinelli, al que todos apodaban 'el alemán de Corao' y que, aparte de bañarse místicamente en las gélidas aguas de los glaciares de montaña -en los lagos de Covadonga, existe una ruta senderista que lleva 'al pozo del alemán'- se dedicaba a investigar la historia antigua del Principado y fue, además, el diseñador de la basílica de Covadonga.



Y es aquí, en Cudillero, donde Roso no sólo constata la existencia de uno de los últimos Adeptos de la Alquimia en la figura del viejo boticario, sino que también recupera la romántica leyenda de que el espíritu de Frasinelli embarcó en este puerto, con dirección a la mítica Avalón, a bordo de una nave fantasma, cuyas velas llevaban los colores blanco y negro de otra hermandad, entre cuya misión estaba la de preservar el Antiguo Conocimiento: la Orden del Temple.



Cudillero: hermosa villa marinera, pero también, Puerto del Espíritu en el corazón del Cantábrico.



AVISO: Tanto el texto, como las fotografías que lo acompañan, son de mi exclusiva propiedad intelectual y por lo tanto, están sujetos a mis Derechos de Autor.



Comentarios

Entradas populares de este blog

Astorga: el Palacio Episcopal o Palacio de Gaudí o Museo de los Caminos

Lugares Mágicos de Madrid: la estatua del Ángel Caído

Castro Urdiales: sin novedad en Ítaca