De la Navarra peregrina / From pilgrim Navarra

 


Por algún motivo personal que desconocemos, el autor de la primera guía del Camino de Santiago, el monje benedictino francés, Aymeic Picaud, no fue especialmente benévolo con los navarros y una tierra, Navarra, fértil, espléndida y llena de matices lo suficientemente importantes, como para seducir los sentidos en base a su inconmensurable belleza. Pero es Navarra, además, una tierra donde la arquitectura románica dejó importantes y trascendentales reliquias, cuyos enigmáticos detalles no pasan desapercibidos para los viajeros y los peregrinos que un día acometen sus magistrales etapas.


Cercana a Puente la Reina, importante vía de comunicación donde se unen varios de los ramales que se dirigen hacia Compostela, la pequeña población de Olcot, felizmente asentada a la vera de montes y prados, cuya exuberancia recuerda la prodigalidad de una naturaleza generosa, como suele ser corriente en el norte de España, invita a dejarse llevar por el dulce encanto de la especulación, toda vez, que, situados frente a la portada original de la iglesia de San Miguel -el resto fue groseramente alterado en épocas donde la geometría sagrada pareció sufrir in inexplicable deceso- se encuentran con ese espejo de aquella otra, que, algunos kilómetros más adelante y ya en las proximidades de Puente la Reina, está considerada como la más sorprendente de las capillas funerarias románicas de Navarra, cuyo misterio, además, continúa desafiando la imaginación de todos aquellos cuantos la contemplan: Santa María de Eunate.


For some personal reason that we do not know, the author of the first guide to the Saint James Way, the French Benedictine monk, Aymeic Picaud, was not especially benevolent towards the Navarrese and a land, Navarra, fertile, splendid and full of important enough nuances, to seduce the senses based on its immeasurable beauty. But Navarra is also a land where Romanesque architecture left important and transcendental relics, whose enigmatic details do not go unnoticed by travelers and pilgrims who one day undertake its masterful stages.



Close to Puente la Reina, an important communication route where several of the branches heading towards Compostela join, the small town of Olcot, happily settled on the edge of mountains and meadows, whose exuberance recalls the prodigality of a generous nature, such as is usually common in the north of Spain, invites you to be carried away by the sweet charm of speculation, every time, that, located in front of the original doorway of the church of Saint Michael - the rest was rudely altered in times where sacred geometry seemed to suffer an inexplicable death - they find that mirror of that other one, which, a few kilometers further on and already in the vicinity of Puente la Reina, is considered the most surprising of the Romanesque funerary chapels in Navarra, whose mystery, furthermore, continues to challenge the imagination of all those who contemplate it: Santa María de Eunate.



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