domingo, 5 de octubre de 2008

La enigmática pentalfa de San Bartolomé
'...si los números simbólicos desempeñan una función comparable a la de las letras o las palabras, ¿cómo comprenderemos el sentido de la frase que componen o del pensamiento que representan?. Y aún más, ¿cómo estaremos seguros de su significado?.
[Jean-Paul Lemonde: 'El Código Cluny']


Hablando de la Magia, de los Misterios del Camino, de ese Factor X presentido e investigado por escritores y psicólogos de la talla de Colin Wilson, no podía dejar pasar la oportunidad de exponer aquí una de las curiosas maravillas con las que me he topado durante mis viajes: la enigmática pentalfa de la ermita de San Bartolomé, en el Cañón del Río Lobos.

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La Magia en el camino del peregrino


'La conciencia humana es tan poderosa como un microscopio; puede captar y analizar experiencias de un modo que animal alguno es capaz de hacer. Pero la visión microscópica resulta, al mismo tiempo, estrecha. Precisamos desarrollar otra forma de conciencia equivalente a la del telescopio. Se trata de la Facultad X. Y la paradoja consiste en que ya la poseemos en buena medida, si bien somos inconscientes de ello...'.

[Colin Wilson: 'Lo Oculto']


Una bruma matinal que adquiere la forma de un terrorífico dragón, situado fuera de la muralla medieval de la ciudad de El Burgo de Osma, amenazando a los habitantes, retando a sus mejores y más nobles caballeros. Las vidrieras de la catedral, que se transforman en inmensas hogueras al ser alcanzadas por los primeros rayos del sol. Los interiores de la ermita de San Bartolomé, que parecen convulsionarse entre dos realidades distintas, mientras el reflejo de la pentalfa de su transepto sólo puede ser captado por el objetivo de una cámara. Esa aparición fantasmal, con aparente aspecto medieval, que aparece inesperadamente junto al altar de una iglesia del pueblo segoviano de Duratón, y desaparece en el espacio-tiempo infinitesimal del objetivo apenas dos exposiciones después...
¿Qué se oculta, en realidad, detrás de éstas fotografías aparentemente dañadas o defectuosas?.
Si bien es cierto que muchas de ellas están movidas o expuestas a una gran luminosidad, existe, sin embargo, un porcentaje mínimo que bien pudiera considerarse 'extraño'. La luna fantasmal de Medinaceli era, en realidad, una luna llena enorme y brillante, que se elevaba incomensurablemene hermosa sobre el valle del Jalón. ¿Qué captó, entonces, el objetivo de la cámara?. ¿Qué sombra, inoportuna e incógnita se avalanzó sobre él en el preciso momento del disparo?.
¿Es casualidad, que las fotografías del sarcófago de Sor María Jesús de Ágreda -la Dama Azul- salgan inadvertidamente movidas, hasta el punto de exponer perfectamente el efecto de bilocación que caracterizó a ésta fascinante mujer en vida?.
He aquí, contra pronóstico, una pequeña muestra de ese Factor X mencionado por Colin Wilson. Un Factor desconocido, que desafía la física y la lógica y se muestra, sin causa ni razón aparente, en los lugares más inverosímiles de los caminos. Y es que, como decía en una de sus principales novelas -Kim de la India- ese gran escritor británico que fue Rudyard Kipling:
'Ahí fuera hay todo un mundo. ¡Vé y descúbrelo!'
Sirva la presente entrada, como un breve, brevísimo esbozo, pues, de la Magia de los Caminos. Esa a la que se refería Paul Elouard, cuando afirmaba: 'hay otros mundos, pero están en éste'.