Domando Wouivres en Palencia
Volviendo al tema de las varillas, en relación con la ermita de San Bartolomé, aquél frío día invernal, dejó como evidencia la zona absidial, donde las míticas wouivres o serpientes celtas, o lo que viene a ser lo mismo, las corrientes subterráneas -telúricas o acuosas- actuaban sobre el metal de una manera espectacular.
Algo parecido sucedió este verano en Palencia, concretamente en la casa rural La Galana, donde nos alojamos durante una semana y donde, aparte de las numerosas experiencias recogidas cada día en diferentes lugares del camino, su propietario, José Antonio, nos gratificó con un cursillo bastante más que interesante, en el que los zahoríes éramos nosotros mismos y de una manera tan personalizada, pudimos comprobar que el sistema, conocido desde tiempos antiquísimos, funciona sin necesidad de poseer, más o menos desarrolladas, unas facultades extraordinarias, incluidas, por supuesto, las extrasensoriales.
Dejando aparte el detalle de la habilidad o la torpeza inherentes a cada uno, puedo dar fe de que el adistramiento funcionó con todos aquellos que, con mayor o menor motivación, nos prestamos a realizarlo. Y aunque los conocimientos adquiridos no sean, desde luego, para lanzar cohetes y mucho menos para intentar enseñar o demostrar algo, sí es cierto y además, reseñable, que contamos con un gran maestro.
Comentarios
No se necesitan cualidades extrasensoriales, los vuestro es ¡Crónico! Jajaja.
Me gusta mucho más lugares para el espíritu, que un sitio de poder, siempre te lo he dicho, no me gusta la palabra poder ¡Mucho más bonito el espíritu!
Besotes y hasta la vuelta!!!
Marina y Josean, esos "duendecillos" en forma de mesoneros, son muy "culpables" de que los visitantes, especialmente los bien dispuestos, percibamos tales fuerzas y energías.
Lo que luego hagamos con ellas... eso es responsabilidad exclusivamente de cada cual.
Salud y fraternidad.